Por: Ricardo Bolaños

  1. “Un protocolo familiar bien implementado impulsa el crecimiento y la sostenibilidad de la empresa a largo plazo, asegurando el éxito en el presente y en el futuro.”

Ricardo Bolaños

Cuando los inversionistas consideran comprar una empresa, generalmente evalúan una serie de factores clave antes de tomar una decisión. Estos factores pueden variar según el tipo de inversionista y el objetivo de la adquisición, pero aquí hay algunos aspectos importantes que suelen ser considerados:

Estado financiero: Los inversionistas analizan los estados financieros de la empresa para evaluar su salud económica. El estado de resultados, balance generar y flujo de efectivo son revisados para conocer con detalle la situación económica de la empresa. Revisan los ingresos, gastos, utilidades, flujo de efectivo, deudas y otros indicadores financieros relevantes. También consideran la trayectoria histórica de los resultados financieros y las proyecciones a futuro.

Posicionamiento en el mercado: Los inversionistas examinan la posición competitiva de la empresa en su industria. Analizan factores como la participación de mercado, la diferenciación de productos o servicios, la lealtad de los clientes y la fortaleza de la marca. También consideran las oportunidades y amenazas en el mercado en el que opera la empresa.

Equipo de gestión: El equipo directivo de la empresa es un factor crucial para los inversionistas. Evalúan la experiencia, habilidades y trayectoria de los ejecutivos clave, así como su capacidad para llevar a cabo una transición exitosa después de la adquisición. Un equipo de gestión sólido puede ser un factor determinante en la toma de decisiones de inversión. En este punto se toma en cuenta si los accionistas laboran en la empresa o no, y si tienen un sueldo de mercado, si están teniendo prestaciones fuera de lo normal de más o de menos. De la misma forma se evalúa si existen reglas para la incorporación de familiares en la empresa.

Ventajas competitivas: Los inversionistas buscan identificar las ventajas competitivas de la empresa, como patentes, tecnología exclusiva, contratos a largo plazo o relaciones estratégicas con proveedores clave. Estas ventajas pueden brindar un valor diferencial y sostenible a la empresa en su industria.

Riesgos y oportunidades: Los inversionistas evalúan los riesgos asociados con la adquisición de la empresa, como posibles pasivos ocultos, litigios pendientes, cambios regulatorios o riesgos económicos. Al mismo tiempo, también buscan oportunidades de crecimiento y expansión en el mercado, como nuevas líneas de negocio, mercados internacionales o sinergias con otras empresas del inversionista.

Análisis de la industria y del mercado: Los inversionistas estudian la industria en la que opera la empresa objetivo, analizando las tendencias del mercado, la competencia, el ciclo de vida del producto y otros factores relevantes. Comprender el entorno empresarial y las perspectivas de crecimiento a largo plazo es esencial para tomar decisiones informadas.

Tomando lo anterior como base, el inversionista espera que la empresa esté institucionalizada: que todo esté en orden, que haya acuerdos explícitos y que las reglas sean claras. Si estás premisas se cumplen, será más fácil que un inversionista externo, decida invertir o comprar una empresa. Por lo tanto, tener un protocolo empresarial, puede ayudar a vender la empresa en los siguientes puntos:

Organización y documentación: Un protocolo empresarial bien establecido asegura que todos los aspectos clave de la empresa estén debidamente organizados y documentados. Esto incluye contratos, acuerdos comerciales, estados financieros, informes operativos, entre otros. La disponibilidad de esta documentación facilita la evaluación de la empresa por parte de los compradores potenciales y agiliza el proceso de diligencia debida.

Valoración precisa de la empresa: Un protocolo empresarial detallado y actualizado puede proporcionar información valiosa para realizar una valoración precisa de la empresa. Esto implica evaluar los activos, pasivos, rendimiento financiero, proyecciones de crecimiento, posición competitiva y otros aspectos relevantes. Una valoración precisa ayuda a establecer un precio de venta justo y competitivo.

Transparencia y confianza: Un protocolo empresarial transparente y bien estructurado genera confianza en los compradores potenciales. Al tener información clara y accesible sobre la empresa, su historial y su desempeño, se fomenta la confianza en la integridad de la empresa y en la gestión de sus operaciones.

Identificación de fortalezas y debilidades: El protocolo empresarial puede ayudar a identificar las fortalezas y debilidades de la empresa desde una perspectiva objetiva. Esto permite resaltar los aspectos positivos y abordar cualquier debilidad potencial antes de poner la empresa en el mercado. Al abordar estas debilidades de antemano, se mejora la posición de negociación y se aumenta el atractivo de la empresa para los compradores.

Preparación para la negociación: Un protocolo empresarial bien desarrollado puede proporcionar una base sólida para las negociaciones con los posibles compradores. Al contar con información completa y estructurada sobre la empresa, se facilita la discusión de términos, condiciones y aspectos clave de la transacción. Esto ayuda a evitar sorpresas o discrepancias durante las negociaciones.

Transferencia eficiente de propiedad: Un protocolo empresarial puede establecer claramente los procedimientos y requisitos para la transferencia de propiedad de la empresa. Esto incluye los pasos legales, contratos de compraventa, acuerdos de transición y cualquier otro aspecto relacionado con el proceso de venta. Al tener estos procesos definidos, se agiliza y simplifica la transferencia de propiedad.

Finalmente, contar con un protocolo empresarial bien desarrollado y actualizado puede ser altamente beneficioso al vender una empresa. Se deberán de tomar en cuenta los aspectos relacionados con familia, empresa y propiedad de la organización, para que todo esté en orden y haya claridad y transparencia para los inversionistas interesados. Facilita la organización, la valoración precisa, la transparencia, la preparación para la negociación y la transferencia eficiente de propiedad. Estos elementos contribuyen a un proceso de venta exitoso y ayudan a maximizar el valor y el atractivo de la empresa para los compradores potenciales.

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